Según André Gide, nadie podía
llevar más lejos que Alfred Jarry la negación. Si
el creador de Ubú dejó sobre los escenarios las reglas
de una solución imaginaria para acabar con la lógica, en
su novela «moderna» El Supermacho trató de burlarse
de los sueños de la filosofía positiva que no veía
fronteras al progreso humano mediante el humor y el disparate. En los límites
de la erótica y la anticipación, entre Sade
y H.G. Wells,
El
Supermacho muestra los juegos a los que la teoría y la práctica
del amor pueden entregarse, teniendo por rival a las máquinas de
la velocidad, a todas las fantasías que los avances científicos
de principios del siglo XX permitían imaginar a la mente humana.

Messalina és verge! Si la més gran barjaula de la Història és elevada així a la categoria de les castes vestals, és en virtut d'un raonament eminentment jarríquic: Messalina és verge perquè cap home, per ella, no és prou home i perquè no troba cap príap a la mesura del seu desig absolut.
D'home en home, de cigala en cigala, l'emperadriu cortesana surt «a la caça del déu». I acaba trobant-lo sota el tros de sabre que la satisfà i la mata.
D'aquesta història d'amor i mort, d'eros i tànathos, neix una obra majestuosa i secreta en la qual Alfred Jarry, amb el pretext d'una Antiguitat reinventada, destil·la els seus fantasmes més personals. Manipulant la ficció de la Història amb una mestria enlluernadora, tramant la recerca de Messalina amb el fil d'una escriptura a base de jocs de miralls, i deixant -art suprem- un ample marge a la imaginació del lector, el teòric de la «patafísica» -massa sovint invocada a tort i que en realitat és un sistema meditat de desintegració total i de reconstrucció en l'insòlit- ens ofereix, als vint-i-cinc anys, la seva obra «imperial».
Durant massa temps Jarry ha estat considerat només com l'autor d'Ubu rei. Avui dia, en què des de tots costats es redescobreix la riquesa i l'originalitat de la seva obra, sembla un bon moment per posar a l'abast del públic catai aquesta Messalina, apareguda originalment el 1901.

Con la creación del personaje de Ubú, Alfred Jarry (1873-1907) dio forma genialmente al emblema del ser humano egoísta, mediocre, despreciable y mezquino que suele abundar en las fangosas aguas del poder y pulular en ellas siempre atento a su medro y a su perpetuación, sin importar quien caiga en el camino. Situada ficticiamente en Polonia (lo que equivale, a decir del autor, a «en ninguna parte» y en todas), " Ubú rey " , obra bufa, sátira implacable y guiñolesca válida para todo tiempo y lugar, se ha convertido por derecho propio en uno de los grandes clásicos de la literatura que brillan como perpetuo azote de los que mandan y de los que aspiran a mandar. La presente edición incluye varios textos fundamentales que aportan datos relevantes sobre los primeros pasos de la obra y la dramaturgia del autor.
Versión de Wenceslao-Carlos Lozano

Ed. Lola Bermúdez, 2ª. ed. "Ubu rey" (1896) supone, desde la perspectiva de la modernidad, un comienzo absoluto y una de las primeras brechas abiertas en la concepción tradicional del teatro. El absurdo, lo irracional o irrisorio están presentes en esta obra. Su protagonista, el innoble y grotesco Ubú, va directo al corazón de la conciencia burguesa y todavía hoy la escandaliza en sus numerosas representaciones y adaptaciones. "Ubú rey" es una obra imprescindible en el teatro moderno por su permanente actualidad. La última adaptación en España acaba de hacerla Albert Boadella con "Ubú president".

(Laval, 1873 - París, 1907) Escritor francés, precursor del dadaísmo y el surrealismo y figura imprescindible en la evolución de las vanguardias del siglo XX, tanto en el teatro como en la narrativa experimental. Su drama Ubú rey (1896) obtuvo gran éxito y escandalizó por su tono mordaz y grotesco contra la cultura burguesa; en 1900 apareció Ubú encadenado. Entre sus obras, de fondo siempre anárquico, cabe mencionar también César Anticristo (1895), El supermacho (1902) y Gestas y opiniones del doctor Faustroll, patafísico (edición póstuma, 1911). Sus artículos fueron reunidos en La candela verde (1969).